miércoles, 5 de octubre de 2016

Ella

Noto que me observa desde hace rato. Normalmente tiendo a pasar pero tiene algo especial. O quizás sea culpa del daiquiri. Mis amigas lo odian, no entienden cómo puedo beberme esta mezcla de limón y ron blanco como si fuera un zumo de naranja recién exprimido. También odian que nos miren. Nosotras no vamos incomodando con miradas a otros grupos de personas, solo queremos pasar un buen rato. Por lo general no frecuentamos las discotecas, nos gustan más esos bares de copas en los que te sientas en una mesa y disfrutas de un ambiente más acogedor mientras suenan canciones de Justim timberlake o Manuel Carrasco, en fin todas estas canciones que ponen en los 40 principales. Yo soy más de rock. El caso es que hoy estamos celebrando algo. Es el día internacional de la felicidad, para mis amigas un motivo anual para salir a festejar. A mí me parece irónico. ¿Realmente somos felices como para poder disfrutar de este día? ¿O salir a inmortalizar este día entre copas es lo que nos aporta la felicidad necesaria? Aquí sigo sentada, dándole vueltas a la cañita de mi daiquiri mientras todos bailan a mi alrededor. Digo todos porque da la sensación de que dos tercios son chicos. Llevo toda mi vida escuchándoles quejarse de que sean más cara las entradas masculinas que las femeninas, y aun así esto está lleno. Arg! No me gustan las discotecas. Aunque ese chico no deja de mirarme. Es bonito, y parece tímido, que mono… Ojalá se acercara a hablar conmigo. Está con su copa mientras todos sus amigos hablan entre ellos y se ríen. Se ha dado cuenta de que lo estaba mirando ¡Qué vergüenza! En estos momentos nunca sé que hacer y siempre acabo bajando la mirada hacia mi copa y sonriendo nerviosamente. Estoy nerviosa de verdad. Tampoco es que tenga muchos momentos de estos. Lo más habitual es que se acerquen a hablar con mis amigas. Yo las acompaño. A veces sirvo de mediadora cuando alguna de ellas no quiere darle su número de teléfono y se ponen a decirnos de todo. Simplemente soy una chica más que está pero no gusta. No entiendo por qué, me considero guapa, quizás mi cuerpo no sea un culto a los cánones de belleza, pero a mi me gusta. ¿Quién quiere ser una de esas chicas fitness? ¿Para qué? ¿Para pasarte los días subiendo fotos a las redes sociales de tus espectaculares cuerpos y analizar cada una de las calorías que ingieres? Eso ya no es por salud. Yo prefiero disfrutar una buena hamburguesa. Soy más sencilla. Ha vuelto a mirarme. ¿Saben qué? No quiero hacerme ilusiones, voy a terminarme la copa y me voy a ir a casa.
No recordaba que hiciera tanto frío fuera. Aunque la luna luce bonita. Realmente me hubiera gustado conocer al chico... Ahora no conciencia, nos vamos a casa. La putada de venir con más personas y luego irte sola es que tienes que pagar tu sola el taxi. Si hiciera mejor tiempo volvería caminando a casa, no está tan lejos la residencia pero no quiero cogerme un resfriado.
Wow, la cama da vueltas, no recuerdo haber bebido tanto. Aun escucho el reggaetón. No entiendo como la gente disfruta esa música sin haber bebido. Mejor me duermo, vaya bajona.

¿Está vibrando el móvil? ¿Quién me habla a estas horas?
+ ¿Tía por qué te has ido? Espero que estés bien, avísame cuando llegues a casa ¿Vale? Se ha acercado un chico y me ha preguntado por tu número de teléfono. Se lo he dado… Me pareció que lo estabas mirando cuando estabas aquí.
- Estoy bien, ya sabes… Ya estoy en la cama. Pásenlo bien!

¿!Por qué le da mi número a nadie!? Mmmmmm… ¿Por qué no me lo pidió a mi directamente? Quizá me fui pronto. En fin. Mejor me duermo.

¿El móvil de nuevo? Mejor lo pongo en silencio.
+Hola, soy yo, el chico de la discoteca…
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